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“El territorio […] es aquella porción del espacio apropiada por las sociedades humanas para desplegar en ella sus actividades productivas, sociales, políticas, culturales y afectivas, y a la vez inscribir en ella sus estrategias de desarrollo y, todavía más, para expresar en el curso del tiempo su identidad profunda mediante la señalización de los lugares”  (Lecoquierre y Steck, 1999: 47)

El territorio nos remite a cualquier extensión de la superficie terrestre apropiada por grupos humanos y delimitada en diferentes escalas: local, municipal, departamental, regional y nacional.

  • Local: corresponde a las micro-sociedades municipales centradas en torno a una pequeña población. Se trata de los “pequeños mundos municipales” llamados también localidades, terruños, tierrucas, tierra natal, parroquias o patrias chicas.

  • Municipal: el siguiente nivel sería el de los “territorios próximos”, que de alguna manera prologan la casa: es decir, el municipio, la ciudad. Su función central sería la organización de una vida social de base: la seguridad, la educación, el mantenimiento de caminos y rutas, la concentración - en mayor variedad - de bienes y servicios, etc. 

  • Departamental: es una entidad territorial autónoma en la administración, planificación y promoción del desarrollo económico, político, social y cultural dentro de su territorio el cual agrupa municipios según los términos establecidos por la constitución y las leyes, una de sus funciones es de intermediación entre la Nación y los municipios.

  • Regional: es un espacio geográfico que se funda en los más diversos criterios económicos, político-administrativo, histórico, cultural, étnico, etc.; configurando así unidades territoriales que constituyen subconjuntos dentro del ámbito nacional.

  • Nacional: es el espacio geográfico perteneciente a un país y sobre el cual el Estado ejerce soberanía; al territorio nacional lo conforma un espacio terrestre, aéreo y marítimo. 

      En síntesis, el territorio solo existe en cuanto es           valorizado de múltiples maneras:

 

  • Como zona de refugio

  • Como medio de subsistencia

  • Como fuente de productos y recursos económicos

  • Como área geopolíticamente estratégica

  • Como circunscripción político-administrativa

  • Como belleza natural

  • Como objeto de apego afectivo

  • Como tierra natal

  • Como espacio de inscripción de un pasado histórico o de una memoria colectiva

  • Como símbolo de identidad socio-territorial. 

(P. Pellegrino et al, 1981: 99, D. Delaleu, 1981: 139)

Pellegrino P. et al, 1981, “Espace, représentations du terroire et identités regionales”, in: Michal Bassand (ed.),

L´identité regionales, Saint-Saphorin,  Suiza: Éditions Georgi

 

Delaleu, Didier, 1981, “Les avatars de la región et identité collective” in: Michel Bassand (ed.), L´identité regionales, Saint-Saphorin, Suiza: Éditions Georgi.

  • Red conceptual de la Identidad

  • Identidad individual

 

La identidad puede definirse como un proceso subjetivo (y frecuentemente auto-reflexivo) por el que los sujetos  definen su diferencia de otros sujetos (y de su entorno social) mediante la auto-asignación de un repertorio de atributos culturales  frecuentemente valorizados y relativamente estables en el tiempo.

  • Identidad colectiva:

 

Podemos hablar de “identidades colectivas” solo por analogía con las identidades individuales, en este sentido podemos concebir la identidad colectiva como un conjunto de prácticas sociales que involucran simultáneamente a cierto número de individuos o de grupos, abarca una gran variedad de fenómenos como movimientos sociales, conflicto étnicos,  movimientos revolucionarios, manifestaciones de protesta, huelgas, movilizaciones masa etc., aunque se manifiesta como unidad, la acción  colectiva es producto de procesos sociales múltiples y heterogéneos. 

 

La identidad se mantiene y se manifiesta en y por los procesos de interacción y comunicación social.

Melucci, Alberto, 1982. L´invenzione del presente. Bolonia: II Mulino

2001. Challenging codes: collective action in the  information age.

Cambrigde: Cambrigde University Press.

 

Giménez, Gilberto, 2000. “Territorio cultura e identidades. La región sociocultural”. In:  Roció rosales Ortega (coord.), Globalización y regiones en México. México: pp 19-52.

 

. Habermas, Jürguen, 1987. Teoría de la acción comunicativa, Vol., II. Madrid: Tauros

Desde la concepción “semiótica”  de la cultura  podemos definirla como el conjunto de signos, símbolos, representaciones, modelos, actitudes, valores etcétera, inherentes a la vida social. (Clifford, 2003)

 

Resulta útil  distinguir tres dimensiones analíticas en la masa de los hechos culturales:

  • La cultura como comunicación :

 

Es decir, como conjuntos  de sistemas de símbolos, signos, emblemas y señales, entre los que se incluyen, además de la lengua, el hábitat, la alimentación, el vestido etc., considerados no bajo su aspecto funcional, sino como sistemas semánticos.

  • La cultura como almacenamiento de conocimientos:

 

No solo la ciencia, sino también otros modos de conocimiento como las creencias, la intuición, la contemplación, el conocimiento práctico del sentido común, etc.

  • La cultura  como visión del mundo

 

Donde se incluyen las religiones, las filosofías, las ideologías y, en general toda reflexión sobre  “totalidades”  que implican un sistema de valores y, por lo mismo, dan sentido a la acción y permite interpretar el mundo.

Clifford, G. (2003). La interpretacion de las culturas. Barcelona: Editorial Gedisa.

© 2014. TIC COLOMBIA. Territorio, Identidad, Cultura. Proyecto TIC. para consulta libre. TIC COLOMBIA ©

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